Ante esta realidad, en Alboan y Entreculturas trabajamos por la promoción de la justicia socioambiental, como una de nuestras causas o líneas de trabajo prioritarias. Una causa que nos compromete a transformar el contexto de crisis socioambiental, hacia un estilo de vida humana que nos oriente al bien común, a cuidar de la naturaleza, a empoderar a las personas y comunidades más desfavorecidas y a trabajar por la justicia intergeneracional. Y dentro de esta causa, la Amazonía es un eje de trabajo fundamental. Bajo el epígrafe SOMOS AMAZONÍA estamos desarrollando diversas estrategias, junto con organizaciones y personas aliadas.
El informe SOMOS AMAZONÍA. CLAVES ECOFEMINISTAS PARA DEFENDER LA AMAZONÍA pretende profundizar y concienciar sobre los vínculos que existen entre el modelo económico actual y la crisis socioambiental mundial, y en concreto en la Amazonía, por ser un ecosistema fundamental para la estabilidad climática global, y por tanto, para el mantenimiento de la vida en el planeta.
Y es que, la vida en el planeta lleva siglos dependiendo de un sistema que genera exclusión, desigualdad y que explota el medioambiente. Este modelo de desarrollo insostenible, basado en la acumulación, la búsqueda de poder y el crecimiento económico, obedece a los ritmos de los mercados de grandes potencias y hace caso omiso al impacto que provocan en la explotación de la naturaleza y en la violación derechos humanos.
Esta manera de entender el mundo acelera la crisis socioambiental: el cambio climático avanza, se reduce la biodiversidad, aumenta la contaminación del agua y crecen las desigualdades sociales, debido a que el enriquecimiento de una parte de la humanidad, se da a costa de la explotación de los territorios y los medios de vida de la otra. Las diversas corrientes ecofeministas explican estas dinámicas como el conflicto capital-vida pues surgen de modelos económicos en los que el proceso de valorización del capital se da a costa de los bienes de la naturaleza y de la vida humana y denuncian la tendencia de la economía convencional a invisibilizar los “servicios ambientales” que proporciona la naturaleza, del mismo modo que se ignoran las desigualdades de género y las contribuciones de las mujeres para la sostenibilidad de la vida.