Anitalia Pijachi: Las Defensoras de la Amazonía alzan la voz

Anitalia Pijachi, lideresa indígena del pueblo Okaina, es una de las defensoras del territorio que nos ha prestado su voz para ayudarnos a visualizar las implicaciones que nuestras decisiones del día a día tienen sobre el medio ambiente en general y la Amazonía en particular. Desde Leticia, en la Amazonía Colombiana, dedica su vida a la defensa del territorio, la vida y las semillas nativas.

Anitalia, ¿puedes hablarnos del lugar en dónde vives?
Vivo en un resguardo indígena que se llama Ticuna Uitoto, kilómetro 6 y 11, que se constituyó legalmente en 1986. Un resguardo indígena es el espacio territorial de los pueblos indígenas. En 1991 y tras la modificación de la constitución colombiana, se recogió y reconoció el derecho de los pueblos indígenas a ocupar nuestros propios territorios. Este reconocimiento implica, al menos en teoría, la defensa del territorio.

¿Por qué es tan importante la defensa del territorio?
La mirada occidental estigmatiza a los pueblos indígenas. Parece que queremos tierras, pero que no las trabajamos, porque desde su perspectiva la tierra está para escavarla, para explotarla de una manera indiscriminada. Para los pueblos originarios es imprescindible armonizar la tierra y la vida. Para mi pueblo el territorio no es un espacio vacío, sin dueño si no que es un ser viviente, al que hay que pedirle permiso, con el que hay que negociar, y esa es la relación que tenemos porque es nuestro espacio de vida. De la selva sacamos lo que necesitamos, pero en el tiempo que le corresponde ya que respetamos los ciclos de la naturaleza. Es lo que llamamos el calendario ecológico. Vivimos al ritmo de este calendario. Por esa razón los pueblos originarios utilizamos mucho el sistema de rotación de cultivos. Nuestras chagras son un espacio de cultivo diverso. No es monocultivo, no es extensivo, ni son terrenos “cuadriculados”. Nos regimos por un “acuerdo con el territorio” que implica una lógica de reemplazos. No podemos sobreexplotar la tierra, porque de lo contrario no se mantiene el equilibrio.

Durante años los pueblos originarios hemos sufrido el expolio y usurpación del territorio por parte de los colonos, que contaban con el beneplácito de las instituciones. El daño ya está hecho, no hay marcha atrás. ¿Quién va a reparar el daño que ya hemos infringido al planeta? Es hora de pararse a pensar en cómo vamos revertir el daño, en cómo vamos a relacionarnos con el planeta.

¿Qué papel jugáis las mujeres en la defensa del territorio?
En nuestra cultura las mujeres siempre hemos estado en contacto con la tierra. Nosotras sembramos, nosotras estamos al cuidado de las semillas, de las hijas e hijos. A consecuencia de la guerra y de los conflictos por la defensa del territorio, nuestros hombres han desaparecido, los han matado, y hemos quedado viudas y huérfanas y hemos asumido la lucha por nuestro territorio. El camino no ha sido fácil. Hemos sufrido discriminaciones y estigmatizaciones, pero les hemos hecho frente. Las mujeres somos fuertes y tomamos nuestra fuerza para salir a defender el territorio. Yo no estoy sola, cuento con otras mujeres de mi comunidad, rompió con esos discursos injustos y desiguales, cargados de violencia, autoritarismo y desorden, y puedo afirmar que somos las mujeres quienes lideramos en el territorio.

Anitalia Pijachi

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