Que la actividad de algunas empresas transnacionales europeas e internacionales está relacionada con la violación de los derechos humanos y la destrucción del medio ambiente, no es nuevo. Sin embargo, la tendencia creciente de la deforestación, la explotación de la tierra y mal uso del suelo, los ataques a personas defensoras de los derechos humanos y el medio ambiente, o la ausencia de acceso a la justicia de las comunidades afectadas por dichas acciones, entre otros, son indicadores de que las directrices voluntarias y las resoluciones de autorregulación no son mecanismos suficientemente exigentes y efectivos, pues las empresas continúan negando la responsabilidad del impacto de su actividad.
Ante esta situación, en 2014 el Consejo de Derechos Humanos de la ONU creó un grupo de trabajo intergubernamental sobre empresas y derechos humanos, cuyo mandato es elaborar un instrumento internacional jurídicamente vinculante que regule dicha actividad, asegurando el respeto de los derechos humanos, y controlando el impacto en el medio ambiente.
En 2018 se publicó un primer borrador del Tratado Vinculante sobre empresas y derechos humanos. Desde entonces, se vienen celebrando sesiones anuales donde se debate y revisa el contenido del documento. En agosto de 2021 se publicó el tercer borrador y en octubre de ese mismo año, tuvo lugar la 7ª ronda de revisión y negociaciones.
Como parte del grupo de trabajo sobre Regulaciones Corporativas e Industrias Extractivas de CIDSE, Alboan participó en la elaboración y publicación de un análisis legal y posicionamiento con el objetivo de mejorar el texto para fortalecer la protección de los derechos humanos y el medio ambiente, y detener la impunidad empresarial.